Ayer estuve leyendo este cómic y tengo ganas de darle la tabarra al personal con mis impresiones. De entrada advierto que mi redacción será espesa, larga y muy posiblemente soporífera, pero me da igual
Para mí,
Las joyas de la Castafiore inicia la última etapa dentro de la serie de Tintín, inicia la que yo denomino etapa deconstructiva de la serie. Hergé realiza a partir de este álbum una serie de deconstrucciones que alterarán algunos de los pilares fundamentales en los que se basaba la serie. Si en
Vuelo 714 para Sidney su deconstrucción afecta tanto a los villanos (ya que los ridiculiza y humilla, rompiendo el molde del arquetípico villano clásico) y al principio de realismo en la aventura clásica (introduciendo el elemento de ciencia-ficción extraterrestre), y en
Tintín y los Pícaros su deconstrucción va dirigida a los personajes protagonistas (Haddock que deja de beber y toma la iniciativa de emprender la aventura, Tintín que pierde completamente la iniciativa y se muestra reticente al marchar, los cambios estéticos y de moda, los adelantos tecnológicos...), en
Las joyas de la Castafiore deconstruye la aventura en su esencia más básica: no sucede nada.
Y no lo digo porque no haya ningún viaje largo, de hecho, tanto en
Las 7 bolas de Cristal como en
El secreto del Unicornio no hay ninguna expedición lejana, todo lo más un viaje a la costa francesa en el primero, y en ambos existe esa aventura urbana o thriller (también presente en
El Arte-Alfa. Tampoco lo digo por la ausencia de villanos, ni
El tesoro de Rackham el Rojo, ni
Tintín en el Tíbet cuentan con villano alguno y nadie duda de que sean dos aventuras. Lo que hace verdaderamente a
Las joyas de la Castafiore único es que es una comedia, y que no sucede realemente nada que podamos encuadrar dentro de una aventura clásica (todo lo más el hecho de perder la esmeralda, pero a causa de una urraca). Y ya está, por lo demás no sucede nada de nada, enredos, simplemente. Es una aventura donde no existe la aventura, es una no-aventura, un experimento, una especie de Nouvelle Vague hergeniana... En los otros cómics posteriores asistimos a un rechazo de la aventura por parte de los protagonistas, pero se ven irremediablemente atados a ella, aquí, en este álbum, directamente no existe la aventura, pero sí el suspense durante todo el álbum, y eso es de chapeau.
Por tanto, ¿cuáles son las principales bazas de este álbum? Básicamente dos: El guion, que es soberbio, en él, Hergé se luce completamente, y demuestra posiblemente el culmen de toda la serie en lo que a técnica narrativa se refiere. Al no haber acción, al no haber aventura, y ser una comedia, se ve obligado a valerse del guión, de la agilidad narrativa, para hacer ligera y llevadera una historia cómica y cotidiana, haciendo creer al lector que va a suceder algo, pero que finalmente no ocurra nada de nada... toda una genialidad. Sin embargo, la esencia en los personajes todavía parece permanecer intacta, aunque en las dos aventuras posteriores se vendrá abajo. Este podría ser el final perfecto de la serie, pero, sin embargo, creo que para que así fuese antes debería haber un cómic en el que Rastapopoulos fuese puesto fuera de combate. Posiblemente, si
Vuelo 714 para Sidney fuese anterior a
Joyas. Lo cierto es que el final de este álbum es una despedida en toda regla, pero como existe
Tintín y los Pícaros, que es una clara continuación de
Las joyas pues no queda más remedio que descartar este cómic como final lógico tal y como la serie está configurada.
Mi conclusión es que es uno de los cómics más logrados por su originalidad y por su guion, pero tengo que reconocer que es de los que menos me gustan. Aprecio la complejidad de emprender tamaño proyecto, pero francamente, no me gusta el argumento que tiene, quiero decir que no soy muy dado a comedias, prefiero ver a Tintín corriendo entre acantilados y atravesando en avioneta media Asia. Creo que este cómic no recoge parte de la esencia del personaje, pero a pesar de ello entiendo que sea de los cómics más queridos de la serie, porque sus virtudes son muchas.
