Me encontré de sopetón con el foro hace unos días, la verdad es que aunque enfermo de Tintin de toda la vida, siempre había usado la red como manera de obtener información y material, lo curioso es que nunca se me había ocurrido buscar foros dedicados al chico del tupé pelirojo (mi opinión es que siempre fué pelirrojo).
Acabo de cumplir 50 años, y vengo leyendo al muchacho desde aproximadamente los 7, cuando acompañaba a mi papá los sábados por la tarde a la biblioteca municipal y mientras él se dedicaba a estudiar sus libros de física y de mecánica éste que os escribe pasaba esas tardes leyendo una y otra vez, y otra vez más, todos y cada uno de los libros de la colección de Hergé tan increíblemente traducidos por Joaquim Ventalló. En algún momento le dejaba de lado y me iba de juerga con un par de galos combativos y refunfuñones o me daba un garbeo por los desiertos de arizona con un vaquero, en esa época fumador empedernido o hasta viajaba a los reinos de las mil y una noches mientras al fondo se oía gritar "¡Quiero ser Califa en lugar del Califa!", pero al final acababa volviendo a aquellas aventuras apasionantes, protagonizadas por un chico que parecía que hasta tenía tu edad, con el que te identificabas y junto con él te dedicabas a dar vueltas por el mundo...
Poco tiempo después mi padre (el pobre, si hubiera llegado a saber como llegó a influir en mis gustos futuros) me suscribió durante bastantes años a la revista Cavall Fort, que como muchos sabréis fue una de las precursoras e impulsadoras del éxito de la BD Franco-belga o como dicen los modelnos, "La Línea Clara"...

Más tarde llegó la escuela "americana" con sus enormes libros denominados "Películas" y los de menor tamaño denominados "Dumbo", con ellos entré de pleno en la factoría Disney (con sus cosas buenas y no tan buenas)
Asimismo tampoco quedé al margen de el "ciclón" Bruguera, y aunque el tiempo de oro de TBO me cogió muy chico, pasé mi niñez ocultando "Tio vivos" o "Pulgarcitos" o "Din-Dan" entre los libros de texto de la escuela todavía franquista...
Nunca olvidaré las desternillantes historias de F. Ibañez en las que además de tener unos guiones buenísimos, amenos y divertidísimos, siempre acababa fijándome en los pequeños detalles de las ilustraciones, en las cosas casi insignificantes que sucedían en segundo plano (de eso hay mucho en los 13 Rue del Percebe) pero que realmente tenían mucho en común con la claridad de trazo y color de los "maestros europeos"... y entonces, ya adolescente, me dí cuenta de que con el tiempo todo ese montón de libros que tenía en casa de mi amigo Tintin y los montones de tebeos, albúmes y recopilatorios habían ido desapareciendo poco a poco o en el trapero en alguna limpieza o "ejecutados" o despedazados por alguno de mis primos menores (snif!!)

Después crecí y me olvidé de los "tebeos" durante unos años, me dedique a estudiar y a convertirme en un hombre hecho y derecho (¡ejem!) hasta que bastantes años después cayo en mi poder el primer número de una nueva revista, una revista que en mi opinión pecó en exeso de querer ser elitista y excesivamente pretenciosa intentando convertir la dichosa "Línea Clara" en una especie de religión... claro, hablo de la revista Cairo... a pesar de esa crítica compré, leí y devoré todos y cada uno de los ejemplares de la primera época de la revista, cerrando ese círculo que se había abierto en mi niñez y ampliando horizontes sobre apartados "más de adultos" de la L.C. (hasta entonces no conocía a Blake y Mortiner, por ejemplo). Mención especial al constante tributo que hicieron en esa revista a un fantástico dibujante, Coll.
Y desde allí a nuestros días, feliz por el recorrido (aunque no lo parezca esto ha sido un pequeño resumen) efectuado y rodeado de Tintines y montones de otros albumes que, allá donde esté, mi papá siempre tendrá la "culpa" de haberme iniciado en ese pequeño "vicio"...

Ahora que me fijo... ¡vaya tocho que os he soltado!! suerte que me las daba de tímido... palurdo de los Cárpatos que soy...
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