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by zafiret » 25 Apr 2012, 16:28
Rastapopoulos se les había escapado de nuevo, pero eso importaba muy poco ahora mismo. A su llegada a Bruselas, Tintín se había encontrado al capitán Haddock de nuevo en coma, irreconocible, a punto de abandonar el barco de la vida. El doctor Remi había tomado personalmente el caso tras las ausencias de los doctores Jacobs y Kieckiens, pero el estado de salud era muy delicado.
-¿Cómo se encuentra el capitán, doctor Remi?
-Señor Tintín, desde que el señor Haddock entró aquí, tras el shock que sufrió por la muerte de su colega, se hizo cargo de él el doctor Jacobs, quien pronto certificó que había entrado en estado de coma. Hasta ahí todo normal.
-¿Qué quiere usted decir con eso de “hasta ahí”?
-Esta misma mañana le hemos vuelto a realizar al señor Haddock las pruebas que le realizaron los doctores Jacobs y Kieckiens hace días, para comprobar la evolución de la enfermedad. Pero…
-¿Ocurre algo, doctor?
-Veamos. Según el doctor Jacobs… el señor Haddock tenía un cáncer extendido por el hígado, el estómago y la columna hasta la cabeza… una enfermedad terminal, seis meses de vida a lo sumo…
-¿Tenía?
-Sí, sí… No hemos encontrado ningún rastro de todo esto… nada, nunca llegó a tener semejante mal.
-Pero… los diagnósticos, las pruebas que le han efectuado, los informes…
-El doctor Jacobs lleva más de 30 años trabajando en este hospital. De hecho está a punto de recibir la prejubilación… Nadie en este centro se atrevería a dudar de un diagnóstico dado por él.
-Pero, si no tiene ninguna enfermedad ¿por qué está así? Los dolores que padecía eran reales, la pérdida de cabello y la falta de motricidad son evidentes, la necesidad de oxígeno, las pérdidas de consciencia…
-Todos estos síntomas fueron provocados mediante el uso indebido de fármacos. Hemos extraído muestras de sangre y fluidos del señor Haddock y la hemos analizado. La mayoría de valores de referencia de todos sus órganos están fuera de rango y hemos encontrado en su médula cantidades suficientes de tranquilizantes como para adormecer a un elefante. Esto ha sido obra de alguien que entiende de medicina, alguien que sabía exactamente qué tenía que suministrarle para obtener los síntomas adecuados para que todo pareciera producto de la enfermedad que supuestamente padecía. Esto ha sido un intento de asesinato... muy cruel, puesto que hubiera sido una muerte lenta.
-¡Rastapopoulos!
-¿Cómo dice?
-No, nada… ¿se pondrá bien, doctor?
-El señor Haddock está muy débil, sus constantes vitales apenas le mantienen… le hemos suministrado los tratamientos adecuados para su regeneración… Sólo el tiempo podrá decirnos si consigue vencer la batalla que se está librando dentro de su cuerpo, aunque parece que está empezando a responder positivamente. Confío en que hayamos actuado a tiempo, pero aun así su recuperación será larga.
-¿Se sabe algo de los dos doctores que le trataban?
-La doctora Kieckiens firmó el alta voluntaria del señor Pierre Roi y después desapareció. El doctor Jacobs está ilocalizable.
Tintín se dirigió a la cama del capitán Haddock y se quedó allí, de pie. Néstor se puso a su lado y le cogió del hombro.
-Quédese tranquilo, Tintín. A este viejo lobo de mar aún le quedan muchos mares que surcar y millones de “rayos y truenos” que maldecir.
Tintín se giró hacia Néstor, le miró a los ojos y asintió con la cabeza. Ambos sonrieron y se quedaron allí unos instantes, acompañando al capitán Haddock.
FIN
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