Diario de un rescate
Partiendo de Santo Domingo, de la ensenada denominada “El Tigre”, pusimos rumbo a la isla en la que creemos
que se hundió “El Unicornio”. Seguimos el canal costero marcado por las boyas del Km 31 y Km 34.3 con rumbo
verdadero 120º Este y viajamos 87 Millas nauticas. Al sur, en las cartas figuraba el barco hundido Guayacán que
ya fue reflotado años atrás y no supuso un obstáculo para la navegación.
Para seguir el derrotero por aguas seguras debimos poner rumbo 58º Sur hasta un banco de arena que no aparece
en la carta náutica, pero que puede verse con claridad con marea baja, y desde este lugar pusimos rumbo 20º Norte y
buscamos la ubicación exacta del barco, que se encontraba en las coordenadas 20º 31’ 42’’ de Latitud Norte,
70º 52’ 15’ de Longitud Oeste.
El mapa de navegación de “El Unicornio” fue el detonante de este viaje. Un coleccionista privado, propietario del
mapa fue quien organizó este proyecto financiando sus gastos. Es en este mapa donde aparecía la ubicación
exacta del barco utilizando un código cifrado por el mismísimo Francisco de Hadoque, que tras volar su propio
barco, lo marcó en el mapa de navegación del barco y lo guardó en una botella de ron.
Una vez en las coordenadas correctas y tras realizar una inmersión previa, elaboramos un plan para rescatar
el barco. En primer lugar comprobamos que el casco no sufría daños estructurales que le impidieran ser izado
a la superficie. El proyecto de izado se centraba principalmente en un sistema de pontones flotantes con capacidad
para inundarse que acoplan un sistema de gruas y estructuras de fijación. La elevación tuvo que ser progresiva
dada la fragilidad de la estructura al tratarse de madera sumergida durante siglos.
El promotor de la expedición disponía de una maqueta que mostraba con gran realidad como se realizaría el proceso
de izado del Unicornio. En ella se puede comprobar tanto la posición exacta que conservaba sobre el lecho marino,
como en su zona superior los cascos de los barcos y los pontones que fueron utilizados para extraer el barco de su
ubicación durante siglos. Estos datos los obtuvo previamente a la llegada de la expedición al lugar indicado
utilizando para ello tecnología satélite para realizar fotografías del fondo marino.
A continuación varias instantáneas del proceso de reflotado que duró algo más de 2 meses dado que el deterioro
era mayor del esperado y la cantidad de lodo del fondo marino que se había introducido en el interior del casco a lo
largo de los siglos hacía que el riesgo de fractura del alma de la quilla fuese tremendo.
Tras su reflotado y su traslado a la costa fue introducido en una nave del muelle para su tratamiento y limpieza. Incluso
se procedió a realizar una pequeña reconstrucción de alguna parte de la cubierta, de los mástiles y de toda la estructura
de cabos para darle mayor realismo al resultado final.
Su ubicación actual no es revelable dado que el barco es ahora propiedad de este coleccionista privado mencionado
anteriormente que no tiene intención de desvelar su identidad, pero os facilito unas fotos que pude realizar antes de su
entrega al mecenas de esta epopeya.
Incluso conseguí realizar algunas fotos del interior
:bien:
... que sino se rompe la magia del relato :bien:
