Podría ser. Es dibujo más simple de todo el cómic. Su rostro es sólo un círculo con dos puntos negros por ojos y un botón de nariz. Lo más destacable es ese mechón de pelo rubio. Su indumentaria habitual son unos zapatos, bombachos, una camisa, un jersey y, si hace malo, una gabardina (sólo en "Tintín y los Pícaros" suprimirá los bombachos para adoptar unos jeans. Sin duda alguna, el más sencillo atuendo de todos los personajes. ¿Y su carácter? Muy simple, es un BoyScout. Busca hacer el bien como un deber fundamental, sin apasionamiento, sin ñoñería, sin moralina. No hace proselitismo, no dogmatiza, no predica ¡actúa! ¿Tiene ética? No lo creo, él es la praxis de la moralidad. Hace lo que debe hacer.

Nunca plantea dilemas. ¿Es inocente? No, su bondad no es ingenua, ni inocente, ni candorosa, sino la aplicación de un sustrato ético. Si no me creéis, fijaos en su continua desconfianza de lo que le rodea. Siempre está alerta y cualquier gesto de una persona le lleva a sospechar un doblez o una traición. ¿Y juzga? ¡Jamás! Tintín es un liberal. No entra nunca en los defectos ajenos. Con similar paciencia tolera el carácter dipsómano de Haddock, que la ineptitud de Hernández y Fernández, como los desvaríos vocales de la Castafiore. Sólo cuando se pone en peligro la situación del grupo es cuando denuncia la actitud improcedente de alguien. Pero es un pronto, un instante, un ajuste de la acción. Entonces, si Tintín es tan sencillo, si su personaje aporta tan poco, ¿cuál es su papel? ¿cómo ha llegado a protagonista? Pues precisamente gracias a su modo de ser.
Él es el nexo de toda acción, nunca obstaculizará la historia con reflexiones o discursos. Él es el hilo de la narración. Es el director de la acción sin hacerse notar, y es que los "Tintines" son lo que son porque Tintín les deja ser, porque Tintín es narración, es relato, es el puro gusto de narrar. Narrar, ésa es la esencia de los "Tintines", pero narrar explicando la historia de modo inapelable. Conclusión: Tintín no es soso. Tintín es un personaje de tal generosidad que deja que la historia marche sin ponerse nunca en medio. Y tiene carácter. ¡Vaya si lo tiene! El suficiente como para no necesitar ejercerlo. Si quieres un buen relato, cómprate un Tintín; si quieres un retrato psicológico del protagonista, vete a ver una película sueca.