Estoy leyendo Tintín, Hergé… y los demás, un libro de Juan Eugenio d’Ors publicado hace casi 20 años por Ediciones Libertarias –que buen nombre para una editorial- yo conseguí la segunda edición en una librería que lo pidió a la editorial. Su precio no llega a los 10 €.

Se trata de un libro de 222 páginas, tapas en rústica y muy fácil de leer.
A continuación incluyo un artículo que publicó El Mundo el 25 de julio de 2000 sobre su autor.
COLECCIONISMO
Los sueños del Premio Nobel de «Tintinología»
Juan D'Ors, que se carteó con el gran Hergé, está montando en su propia casa el espectacular Museo Tintín
JAVIER MEMBA
Traducidas las aventuras de Tintín a 29 idiomas, cuenta la leyenda que cada minuto hay alguien que compra un álbum del infatigable reportero de Le Petit Vintième en algún lugar del planeta. De entre los millones de jóvenes de 7 a 77 años que el gran Tintín y su fiel Milú se ganaran incondicionalmente con su arrojo y generosidad en los más importantes conflictos del pasado siglo, destaca el madrileño Juan E. D'Ors por la veneración y el cariño con que ha venido atesorando desde siempre al mejor periodista del mundo.
Ni que decir tiene que, como cualquier tintinófilo español que se precie, las ediciones que obran en poder de D'Ors de las aventuras del valiente son las primeras y las segundas publicadas en nuestro país. Es decir, aquellas con el genuino lomo de tela y pie de imprenta fechado en los últimos años 50 o primeros 60. Fue con estos álbumes con los que nuestro paisano aprendió a leer. Hasta ahí su historia es común a los tintinófilos más devotos. Ahora bien, de lo que D'Ors puede jactarse, a diferencia del resto, es de haber mantenido una correspondencia con Hergé. Nuestro paisano escribió por primera vez al autor de Tintín en 1973. «Me contestó su secretario. Con un español muy malo, pero con mucho cariño. Me dijo que Hergé se encontraba en Estados Unidos, pero que, a su regreso, estaría muy contento de leer mi carta», recuerda el tintinófilo. «Así fue, a las pocas semanas, Hergé me escribía personalmente. Mantuvimos una relación epistolar hasta 1979, año en que él contrajo la leucemia. Cada dos o tres meses me llegaba una carta».
De entre la correspondencia mantenida con el hombre a quien millones de personas debemos algunas de las horas más felices de nuestra existencia, D'Ors nos llama la atención sobre las tarjetas de Navidad que le remitiera el belga. Contando éstas entre las piezas más codiciadas por los adoradores del periodista, tal vez fueran la causa de que iniciara su singular empresa: la creación del Museo Tintín en su propia casa.
Además de las estatuillas en resina y el sin fin de objetos con el valiente y sus amigos por emblema, que cualquiera puede adquirir en las tiendas especializadas, D'Ors codicia con especial dedicación «las piezas artesanales». Así, entre las más queridas, destaca un retrato del caballero de Hadoque -quien prefiriera hundir el Unicornio antes de verlo en manos de Rackham El Rojo-, realizado por su hermano.
Todas las piezas que obran en su poder, podrán ser visitadas por el público en la exposición cuya idea acaricia. Entretanto, doblador de profesión, ha puesto la voz a Tintín en la versión española de su adaptación televisiva con el mismo entusiasmo que, en 1988, publicara Tintín, Hergé y los demás, minucioso estudio del personaje que constituyera uno de los grandes éxitos de su editor, Antonio Huerga, y una delicia para los devotos del reportero.
El libro incluye, entre otros, una cronología de Hergé y un capítulo dedicado a analizar álbum por álbum todas las aventuras de Tintín.
Pues bien hace ya bastantes años que alguien puso en la red tanto la cronología como el análisis de los primeros álbumes. Esta es la dirección.
http://usuarios.iponet.es/dardo/comic.html
Además el libro encierra una galería de personajes, un estudio de las influencias pictóricas en las aventuras de Tintín y los llamados “Manifiestos del nuevo Renacentismo” donde se supone que el autor trata de explicar que diablos es eso de La línea clara y que a mí más bien me parece –como casi todo el libro- un panegírico a Hergé.
Hasta pronto